En un artículo publicado ayer por el Huffington Post a raiz de un reciente encuentro con William Friedkin, director de El Exorcista, con motivo de la publicación del libro de memorias The Friedkin Connection, que ha salido hoy a la venta, el director repasa su carrera y, obviamente, sus dos títulos más emblemáticos, French Connection y El Exorcista.
Friedkin habla sobre cómo enfocaron él y William Peter Blatty, coguionista y autor de la novela en que se basaba El Exorcista, el tono de una película que hoy es un clásico indiscutible del género de terror. El principal acierto fue, seguramente, el hecho de que “nunca hablamos de que fuese una película de terror. Hablamos de hacer una película sobre el misterio de la fe.”
La película, sin embargo, tenía elementos sobrados para resultar terrorífica, desasosegante y profundamente impactante en la audiencia, ya que pese a todas las cuestiones sobrenaturales, cuestiones como la fe o la encrucijada de una madre incapaz de ayudar a su hija conseguían la empatía de cualquier espectador.
Friedkin matiza que cree que el terror no es necesariamente serie-B, que hay grandes títulos como Alien o La Semilla del Diablo, pero que otros como Halloween, pese a ser entretenimientos más que dignos, acaban generando una suerte de secuelas que terminan por desprestigiar la original, algo que considera que también pasó con El Exorcista. Parafraseando al ex-vicepresidente John Nance Garner “no hay una sola secuela de El Exorcista que valga más que un cubó de escupitajos. ‘El Exorcista 2′ es una de las peores películas que he visto en mi vida. Es terrible. De hecho, es más que terrible, es asquerosa.”
Para los aficionados siempre nos quedará la original. Este año se cumplen 40 años del estreno de El Exorcista y ya se prepara el lanzamiento de una nueva edición de la película que se preestrenará el día 30 de Octubre en el museo Smithsonian.
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